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Janis buscó y nunca encontró cobijo. No lo encontró porque decidió ser distinta hace mucho tiempo; desde el día en que sus anhelos empezaron a escurrirse a través de las grietas de su cabeza de niña loca, y vio cardos donde antes había flores. Flores de juventud. Desde ese instante Janis fue un lirio blanco en un campo de rosas rojas. Distinta. Sola. Janis no encontró el cobijo del calor humano más allá de algunas noches de desahogo carnal.


Por eso Janis buscó un lugar donde vivir y lo encontró. Un mundo que giraba en vertiginosas espirales, a veces placenteras, a veces peligrosas. Un mundo a su medida lleno de música. Músicas aderezadas que, como brasas, daban calor a su cuerpo y llenaban su cabeza de colores y formas imposibles. Y Janis vivió gritando. Gritando para vivir. Gritando para dejarse oir más allá de su vida, su otra vida. Aquella donde solo viven unos pocos elegidos: Los que fueron capaces de forjar su propia eternidad.
Janis vive ahora flotando sobre las olas del Pacífico, y aún hoy, si cierras los ojos, puedes  escuchar su voz.
(Janis Joplin murió el 4 de octubre de 1970 a la edad de 27 años. Había salido a celebrar esa noche una buena sesión de grabación junto a sus compañeros del grupo. Su voz quedó inmortalizada en el tema Mercedes Benz, que sería incluído en el LP Pearl tal cual como lo grabara, a capela. Fue su última canción. Pearl saldría a la venta seis semanas después de su muerte y se mantendría en el número uno durante 14 semanas. Las cenizas de Janis fueron arrojadas al Pacífico y solo dejó en testamento 10.000 dólares a sus amigos para que celebraran su muerte con una fiesta). 

 (Mercedes Benz)


(Maybe)

Comentarios

Ana J. ha dicho que…
Una vida al límite, como su voz.
Se remueve el alma cuando la escuchas.
Un abrazo y un grito desgarrado
mabrito67@gmail.com ha dicho que…
Me encanta. Su voz, no por potente sino por desgarrada tal como bien describes, llega a un sitio donde ninguna otra voz llega. Yo lo llamo Janis Place y está aquí justo al lado del ventrículo izquierdo.

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