Voces de noche.
Voces sordas de día, vocean de noche. Susurran los vientos, y empujan impunes y atizan mi pecho. Desatan el alma, la vuelven jirones. Se alzan al cielo. Se escapan de mi, avivan el fuego. Me digo que no, que no, que no quiero. Que sí, que sí puedo, que no, que no debo. Lucho. ¡Que sí!, ¡que sí vuelo! El día me llega. Vago vencido, no escucho sus voces, y enmudo el silencio. Me espera la noche. Vuelvo a mi lecho.