Mirando ombligos
Imagen extraída de google images E n este mundo hay dos clases de individuos, los que se miran el ombligo y los que viven contemplando el ombligo de los demás. Bueno, mentira, se me olvidaba y no me lo perdono, porque también existen otros, una especie en peligro de extinción y de estos casi no se oye hablar, no interesa que se hable, y encima a ellos no les gusta hablar de sí mismos aunque eso no impide que brillen cuando los encontramos. Me refiero a aquellos individuos capaces de mirarse el propio ombligo y el ajeno a la vez, una habilidad al alcance de la minoría. Los que sólo se miran su ombligo son miopes de lo demás y crean su micromundo microscópico de creencias adoptadas. Son seres carentes de espíritu de desarrollo, con techos alcanzados, únicos en el mundo, así se creen, dueños de la verdad más absoluta. La carencia de referencias distintas a las suyas hace que recalen en un cómodo puerto de aguas inmóviles y cielos despejados, libres de tempestades. Cuando éstas se