Isla Nada - Víctor Álamo de la Rosa
Título: Isla Nada Autor: Víctor Álamo de la Rosa Editorial: Tropo Editores ISBN: 978-84-96911-69-7 (Sept'13) Páginas: 412 PVP: 19.00 €. |
Acabo de leerlo y no puedo dejar de escribir lo que se me
pasa por la cabeza y se derrama por mis dedos, con la presión de la prisa
porque tengo que escribirlo ahora, que si no mañana no puedo ni pasado tampoco,
y tengo miedo que se me escape. Esta “Isla Nada”, la última novela de VíctorÁlamo de la Rosa, tiene mucho que contar, del hocico al rabo, porque con un
burro empieza y con un burro acaba esta historia más que historia. Aparentemente
os parecerá surrealista si la leéis pero de surrealismo tiene poco porque las
situaciones descritas nos llevan a reflexionar sobre la condición humana. Esta
Isla Nada sirve de lugar común, donde todo toma forma, se hace nítido, y los
sentimientos se desnudan.
Son dos historias aparentemente divergentes, la de Phillip,
un hombre detrás de un sueño, el
de montar un curioso zoológico donde exhibir seres humanos, de todas las razas
y colores exaltando sus bondades: vaya sinsentido, dirán, venido de un exaviador
nazi. La otra historia, la de Luisón Montoto, un famoso tenor catalán que ve
como poco a poco pierde su voz por culpa de que su esposa es una adicta sexual
que busca allá y acullá quien le enseñe todo secreto. Y he aquí a estos dos
seres divergentes, que sin embargo, a pesar de conocer éxito y reconocimiento,
van perdiéndolo todo, todo menos ellos porque a todos nos pueden quitar de todo
pero nosotros somos irreducibles, o así debería ser al menos. Y helos aquí que
su mundo, antes tan grande, inmenso, afronterizo, se contrae en un punto del
atlántico, en esa Isla de El Hierro, que no es Nada, casi imperceptible, donde no queda más
remedio que buscarse, porque allí nadie los va a encontrar. No son solo ellos los únicos personajes,
también habrá muchos otros, pero ellos son la clave. Ellos y un piano de cola, ya verán por qué cuando lo lean.
Es un libro donde se nos encontramos al Víctor de siempre con ese
lirismo tan lleno de cabriolas, domador del lenguaje que es él, que se
entremezcla con otro en diversos pasajes, un Víctor distinto, más directo, que
lucha por abrirse paso y dejar oír su voz. Me gustan ambas voces. Dota a sus personajes, como siempre lo hace, de un rasgo común, que se repite, machacón,
que los hace reconocibles, que hace que se nos queden grabados por tiempo y
los dota también de aristas que los hacen imprevisibles aunque creíbles, como
somos los seres humanos ¿quién no lo es?
Víctor Álamo de la Rosa (imagen extraída de Google Images) |
Víctor es un escritor romántico. No lo digo por lo que
escribe sino por qué escribe. Les
digo por qué. Tuve oportunidad de hablar con él sobre este libro, días después
de su presentación. ¿Sabéis lo que destacó? La portada, diseñada por el artista
Oscar Sanmartín Vargas. Y la destacó más allá de por su belleza artística, por
la reivindicación del “libro objeto”, como lo llamó. Me hizo reflexionar, yo
que convivo, como lector, en ambos formatos (pagando siempre, eso sí). Su libro,
en homenaje a él, lo hice trizas (cariñosamente hablando, claro). Lo subrayé,
lo doblé, y cuando lo cerré después de leer esa última frase, ese el tiempo
inmedible, está dentro de sus ojos, le pasé la mano por la portada y le dí un
golpe cariñoso, un cachete: me gustó.
No se por qué, me parece leer entre líneas, cómo nuestro
escritor, el que me atrevería a decir sin riesgo a equivocarme, sea el más
hecho de todos los actuales escritores que escriben desde Canarias, ha decidido
también volver y hacer ese viaje con sus personajes, y desprenderse de todo, y
volver a esa Isla Meridiana sobre la que tanto ha escrito y buscarse a sí
mismo, y llenar el cielo de cenizas y dejar de respirar, ahogarse y sufrir hasta casi
morir y volver a nacer, y zarpar desde la Restinga y buscar otros
puertos. No sé por qué, me parece leer entre líneas. Sea o no así, este viaje,
que muchos hacemos en determinados momentos de nuestra vida, es necesario. Todos debemos varar
en esa isla interior, Isla Nada, donde sólo nosotros existimos y tomar
decisiones. A unos les dará por dejarse dormir esperando la muerte, y a otros por tener valor para inventarse: es el rasgo que caracteriza a los que quieren ser
grandes de verdad.
Comentarios
No lo quiero leer a salto de mata, sino saborearlo, porque los libros de Víctor hay que saborearlos y empaparse de su atmósfera interior y exterior.
Veo que no me equivoco en esperar para darle su espacio aunque, después de tu crítica, intentaré que sea lo antes posible.
Abrazos