Chinita - Antonia Molinero

Libro: Chinita
Autora: Antonia Molinero
Editorial: En Voz Alta ediciones
ISBN: 978-84-606-7733-8
PVP: 16,91 € (Librería El Corte Inglés)
Para hacerse mujer habiendo sido niña, no hay más que esperar a que la fisiología y el tiempo hagan su trabajo. Para saberse niña habiendo sido mujer, hace falta crecer y madurar. Este, creo, es el principal valor de Antonia Molinero (Madrid, 1964), que ha echado mano de recursos para hacerlo y, tras leer Chinita, creo que lo ha conseguido.

Antonia ha creado un personaje redondo, definido. Desde hace mucho tiempo, casi desde que la conozco (y ya van unos cuantos años), la oí hablar de este personaje aunque al principio no tuviera nombre, primero como trazos indefinidos, que poco a poco fueron tomando forma, más tarde como realidad a punto de concretarse. Fue un embarazo largo. Antonia la llevó muy dentro aunque nunca se lo noté durante unos cuantos años, por eso ha nacido así, tan definida y palpable. Chinita no es una niña ni tampoco una adulta. Por eso vale tanto para un roto como para un descosido. 

No se trata de una novela. De hecho es un libro para leer a pequeñas dosis. Se trata más bien de un tratado del sentido común ideal para niños, jóvenes y viejos. Cada página es una historia cargada de filosofía, filosofía de pequeña adulta de nueve años, con una voz propia y actual. Está escrita a modo de diario y es por eso que lectura y escritura tienen que ir de la mano. Así me lo leí: cada noche, antes de ir a la cama, mejor dicho, dentro de la cama, como quien coge papel y lápiz y escribe lo que pensó de lo que le pasó en el día. De esta manera fui menguando de tamaño y creciendo en sabiduría y se me achinaron los ojos hasta cerrárseme en ensueños.

Y algo de valor añadido: Chinita es un libro, no es un ente virtual. Disfruté tanto de su lectura como de la aportación de fotógrafos e ilustradores como Juan Pedro Ayala, Juana Fortuny, Miguel Ángel Roldán, Roy Fernandez Galán o Tarek Ode, entre otros.

Antonia Molinero, escritora y directora
de la Escuela Canaria de Creación Literaria
(Foto extraída de Google Images)
La obra está estructurada en tres partes, cuatro más bien si contamos la primera, la de la presentación, la que nos pone en situación. Luego viene a contarnos el mundo visto a través de sus ojos de niña oriental en un mundo occidental, con esas costumbres tan lejos de las suyas de origen. Era necesario hacerlo así. Para explicar muchas de las incongruencias y sinsentidos de nuestra niñez, es necesaria la visión llena de crítica de alguien apátrida en busca de su sitio, como ella. Y esa edad que ella tiene es clave, esa edad en que se empieza a pisar la preadolescencia, en que empezamos a dejar atrás el niño crédulo para convertirnos en pequeños cuestionadores. Nosotros nos lo creíamos todo, lo aceptábamos todo, porque sí, por pura psicología infusa, por obligación existencial. Ella no. Por eso me arrancó más de una sonrisa de "ahí la has dado". Y me lo pasé bien aprendiendo de mí a través de ella.

Chinita se trata de un homenaje a nuestra infancia, a nuestra familia, a los abuelos, sobre todo los abuelos, esos que tanto nos marcaron porque estaban más cerca de nosotros que nuestros padres de los que tuvimos que tomar distancia para evitar lo que siempre quisieron: que no creciéramos. 




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