Noche in-tranquila.
Un tac y tres tics. Hasta ahora no me había dado cuenta. Está oscuro aún. Todo casi negro. ¿Qué hora será? Lo peor de cada tic y cada tac es que añaden un fotón más de luz y hoy no quiero que amanezca.
Ese dichoso informe...
¿Qué le voy a decir mañana a la jefa cuando me lo pida? Nada. Me quedaré ahí alelado, mirándola con expresión de besugo muerto. Quizás vaya siendo hora de que alguien le diga que lo que ella piensa de cómo han de hacerse los despidos es de “crápulainsaseable”. Solo pendiente de salvar de la quema su culo gordo.
Tac, tic, tic, tic, y ahora tac. Ahí está. ¡Qué musical! Nunca había reparado en ello. Nunca falla. Siempre tras tres tics viene un tac. Así debiera ser todo: Organizado, predecible, inmutable, y cuando se acabara la cuerda, ¡ya está! Al agujero.
Cucú, cucú,... ¡Joder! El puto pájaro. No quiero saber la hora. Cucú, cucú. Cantaré para adentro. Así no me enteraré de la hora. “Strangers in the night, la la la laaa la, strangers in the night, la la la laaaa la, strangers in the night, la la la laa la laaaaa...” Se ha callado. Tengo que aprenderme mejor la letra. He escuchado cuatro cucús, o cuatro cus y otros cuatro cús alternantes. Deben, por tanto, ser más de las cuatro.
Ese dichoso informe...
¿Qué le digo? ¿Que me da igual el puto ERE? ¡Que haga ella la lista si quiere! ¿Con qué cara voy a mirar a Paco, a Lucía, a Patricio...? ¿Con qué cara?
Y eso que escucho es el camión de la basura. Ya está ahí. Y si hoy no han madrugado, han de ser algo más de las seis. ¿Por qué no seré sordo? Sordo y ciego, puestos a elegir. Por lo menos por esta noche. Aunque no veo ahora mismo nada, los sonidos de la noche no han parado de decirme “levántate Luis, levántate. ¿Has hecho el informe?”
–¡Pues No! ¡No lo he hecho, joder!
–Pero Luis. ¿Qué te pasa? ¿Qué dices? ¿Qué es lo que no has hecho?
–Nada, cariño. El café. Hablaba del café. Bajo a hacerlo. Hay que levantarse.
Ese dichoso informe...
Comentarios
Ese tic-tic-tic-tic-tac obsesivo. Las noches en vela cuando algo preocupa...
Magnífico!
Desgraciadamente muchos miles han sentido realmente tu relato.
Saludos, enhorabuena.
Un abrazo escritor.
Un saludo
Ángeles. Interesante punto de vista. Por eso no me gustan esas noches eternas. Prefiero ver el sol cada día. Pero verlo.
Sigrid. Muchas gracias por visitarme. Me encanta que te hayas fijado en el tic tac. Se trataba precisamente de buscar ese efecto. Un tic tac que lo come todo.