Ida Susal: Mamihlapinatapai
Carátula del disco (Imagen extraída de Google Images) |
Anoche sentí un impulso inesperado de ir a Tejina, al Teatro
Unión a escuchar música. Llegué tarde –me costó aparcar, ni que fuera Madrid- pero por suerte se retrasó el comienzo: me estaba esperando. Me senté, mi corazón latía con fuerza desbocado por culpa de las prisas en llegar. Casi al sentarme se apagaron las luces y empezó a sonar el dum dum de un
bajo, una serie de sístoles y diástoles para abrir el concierto. Poco a poco mi
corazón se acompasó, se tranquilizó con ese ritmo pausado. La canción, como no podía llamarse de otra
manera, se llamaba ‘Sentidos’. Ahí empezó todo: Un concierto para dejarse
llevar.
Ida Susal es el proyecto musical de la cantante Julia
Botanz. Ella nos presentaba anoche su primer trabajo discográfico llamado
caraAcaraB. Los que han invertido su dinero en este proyecto que nació como unapropuesta de crowfunding pueden estar satisfechos. Julia ha realizado un
trabajo de mucha calidad en las canciones y de gran acabado, recuperando el
gusto por el CD Objeto, porque es CD y libro ilustrado a su vez, y siguiendo
las claves del libro se paladean mucho mejor las canciones. Todas las canciones son originales y compuestas por ella. Se nota un gran trabajo detrás.
CaraAcaraB, está dividido en dos partes, la CaraA y la CaraB, con doce
canciones más un ‘Contratiempo’ que es otra canción: También esa nos la cantó
anoche. Bueno, hubo sorpresa, porque fueron trece las que cantó. Cantó también
la del cambio de tercio, de la cara A a la cara B, pero esa la cantamos todos.
Ella en el patio de butacas con su guitarra y el público, ellos, yo, improvisando sobre su base rítmica, con la voz, con las palmas. Esa canción
sólo la pudimos escuchar y cantar los que estuvimos allí y no será igual en
ninguna parte, porque esa canción es sólo nuestra, de los que allí estábamos: ella nos la
regaló. Como espectador me sentí protagonista por una noche: con Julia Botanz
esas cosas son posibles.
Julia Botanz, vocalista del grupo Ida Susal (Imagen extraída de Google Images) |
Cada canción del disco es una historia, una historia pegada a la
tierra, a lo cotidiano, a las cosas sencillas que nos pasan que pueden ser grandes si queremos que lo sean. Un brindis
con el vaso medio lleno, una maceta de orégano huérfana, una luz que desaparece, un capitulito, un mapa de lunares en
la espalda,.. todo en nosotros es una historia. Julia acompaña sus canciones con sonidos cotidianos, que puestos en su lugar se convierten en música. Por eso se sienten tan cercanos sus temas. Música plagada de optimismo para momentos plagados de incertidumbre, invitando a la acción, al inconformismo activo, a querer cambiar lo que nos rodea. Si queremos podemos, claro que sí.
Ayer ella me enseñó la palabra más concreta del mundo: Mamihlapinatapai. Esta palabra, que usan los indígenas yámanas de Tierra del
fuego, viene a describir ese momento en que dos personas se miran y cada uno
espera a que el otro comience una acción que ambos desean pero que ninguno se
anima a iniciar, es algo así como conectar con el otro. Así hizo Julia que vibrara el teatro anoche,
con ese Mamihlapinatapai que llenó la sala y que nos envolvió para acompañar
sus canciones, que nos hizo brindar con copas medio llenas de vino. La botella se acabó y volví a mi casa, con el CD bajo el brazo y un sabor a labios musicales en la boca: el de los muchos artistas que compartieron su copa conmigo.
Momento de la actuación de anoche de Ida Susal (Fotografía: Miguel A. Brito) |
Comentarios
Lo marcamos para seguirle
Saludos emocionados aún por la noche vivida!, por que se sintiera abajo como arriba, por las palabras bonitas de Miguel y porque nos quedan tantas!!!