Relojes muertos - Eva María Medina
Libro: Relojes muertos Autora: Eva María Medina Editorial Playa de Ákaba (1ª edición Enero 2015) ISBN: 978-84-16216-25-3 PVP: 14,25 € en Agapea |
Norma de un buen Club de Lectura es elegir entre sus lecturas a los nuevos escritores. Leer y comentar sobre obras consagradas de
la literatura, está bien como proceso de aprendizaje, pero leer y comentar
sobre obras recién estrenadas, sobre autores jóvenes que están empezando a
darse a conocer, es otra cosa, es contribuir a dar forma a la obra, a
configurar la imagen del autor. Por
eso me gusta tanto el club de los 1001 Lectores, que ha elegido como lectura del mes de mayo la novela “Relojes muertos” de Eva María Medina (Madrid, 1971).
No tenía ninguna referencia, ni tan siquiera me molesté en leer de qué
iba. Sin embargo voté por esta obra porque me pareció sugerente. Eva María Medina ha sido muy valiente. Según he podido saber
a posteriori escuchando alguna entrevista (pulsar aquí), Eva llevaba mucho tiempo con este
personaje dando vueltas en su cabeza. Provenía de un
relato breve que hizo hace unos años y que notó que se le quedó corto, que
necesitaba desarrollar en mayor profundidad. Meterse con Relojes muertos, su primera novela, en la mente de un enfermo
psiquiátrico y además de un sexo contrario al suyo es de valientes porque no
todos los lectores probablemente lleguen a valorar el ejercicio y quizás sean
muchos los que no lo entiendan. Eva sin embargo lo hizo y es de halagar.
“Relojes muertos” es un viaje en espiral a través de los
ojos de Gonzalo. Un viaje que empieza el día que abandona el psiquiátrico donde
había sido ingresado, un lugar donde hay otros enfermos como él, Gregorio,
Inma, Ángela,… personajes sin pasado y casi sin futuro, sólo habitantes de un
tiempo presente, estático. A partir de ahí empieza a pintarse ese escenario de
horas muertas, una atmósfera claustrofóbica que se vuelve mayor aún a partir
del momento en que Gonzalo decide no tomar su medicación. En ese momento,
realidad y “no realidad” (que no ficción) se entremezclan de un modo caótico y
el protagonista empieza a vivir en un mundo al que intenta volver pero del que
también necesita huir.
Eva María Medina autora de Relojes muertos (imagen extraída de Google Images) |
Hablar de “relojes muertos” es hablar de su protagonista. El
resto de personajes son planetas orbitando alrededor de él, no están definidos,
los vemos cambiar porque los vemos a través de los ojos inestables de Gonzalo, mezcla
de pasado y presente. Así busca y llega a encontrar en Ángela rasgos de Sara (a pesar de que no se parecen en nada), una chica que
tuvo una relación con Gonzalo antes de ser ingresado y
que desapareció misteriosamente. Gonzalo busca a Sara en los rasgos de Ángela, pero también
en obituarios de periódicos o lugares comunes que transitó con ella. No la
encuentra, no entiende por qué necesita buscarla, no entiende por qué no la encuentra,
reacciona con violencia revelándose contra ese mundo al que ha vuelto que es un puzzle al que le
faltan piezas. Su posición en estas circunstancias es de escrutador de lo que
le rodea, siempre en guardia, interpretando la realidad para lograr que
todo encaje. Cansado, muy cansado vivir así, casi imposible.
“El tiempo parece
amplificarse, cobrar fuerza. Cada minuto me duele, retumbándome en las sienes”.
Cada minuto, el mismo minuto, unas manecillas paradas, un tiempo muerto. Quizás
eso es lo que necesita Gonzalo, tiempo muerto y luego seguir, pero la vida no
es así, por suerte.
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