Hoy
Amistad infiel:
la frágil trama del collar
no pudo atar
los embates del deseo.
Ojos cerrados:
en los cercos dorados se atan
ciegos.
Salto al vacío:
caemos en un colchón de plumas
blando
como un lecho de anzuelos.
Nos despierta un llanto:
se derrama por la ventana,
pariendo,
una luz nace en la línea del mar
el corazón galopa,
y calienta la sangre,
lo sostengo en las manos
sin dejar de temblar.
Blandir de espadas.
Cruzamos abrazados vacíos desiertos.
Bebimos lágrimas en vasos calientes,
libamos almíbar en noches de encuentro.
Hoy
me levanto y las veo con gozo
pincelar en blanco
los negros reflejos.
Hoy
te tocan mis manos pueriles,
aquellas que moldearon
tu cuerpo virgen.
Hoy
retengo tu belleza en mis dedos
que tiemblan jugosos,
mojados en el sudor
que escupe tu lecho.
Hoy
me senté en la noche a tu lado
sordo al murmullo
de otras voces que hablaron.
Hoy
busqué en tus brillos el beso
que un día te di,
y leí en tus labios
que el tiempo pasó,
pero nunca ha pasado.
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