El lado bueno de las cosas
Este pasado fin de semana tocó cine y me fui directo a intentar descubrir por qué se habla de la sorpresa que supone tanta nominación para la última película de David Russell, “El lado bueno de las cosas (Silver linings Playbook)” que se ha llevado nada más ni nada menos que ocho nominaciones. Además no nominaciones del montón sino nominaciones de las que yo llamo el premio gordo: mejor película, mejor director (David O. Russell), mejor actor principal (Bradley Cooper), mejor actriz principal (Jennifer Lawrence), mejor guión adaptado, mejor actriz de reparto (Jacki Weaver), mejor actor de reparto (Robert de Niro) y mejor montaje. ¡Tantas nominaciones como Los Miserables!
La historia es una mezcla de amor, de locura (no solo de los protagonistas, que ya lo son, sino de todo lo que les rodea) y de deporte y baile incluso. ¿Que cómo se come esto? Pues allá va. Para empezar, esta cinta está basada en el libro de Matthew Quick “Un final feliz”. Ya nombrándoles el título del libro seguro que creen que les chafo el final, pero no es del todo cierto, ya que Pat, nuestro protagonista, está harto de que los guiones estén prefijados, de que Heminway en su libro "Por quién doblan las campanas" elija que aquello tenga que acabar mal, y él quiere que la vida no sea así, que él puede escribir su final, que su final tiene que ser feliz. La película cuenta la historia de dos “locos”, Pat y Tiffany. Pongo lo de locos entrecomillado porque a ratos parecen los más cuerdos de todos. Pat acaba de salir de una institución psiquiátrica acompañado de su Madre hiperprotectora Weaver. Allí se encontraba encerrado por haber propinado una paliza al amante de su esposa y también por ciertos brotes psicóticos que había tenido antes. Se propone renacer, reconstruirse de cero para volver a conquistar a su esposa de la que tiene una orden de alejamiento. En ese camino de reconstrucción se cruza con otra “bala perdida”, Tiffany, que intenta superar la trágica muerte de su esposo tirándose a todo el barrio. Juntos emprenden un proyecto personal que sirve de punto de encuentro y modo de ir derribando muros hasta redimirse juntos con la vida para volver a nacer. Esto les resultará difícil teniendo a tanto loco alrededor: un padre obsesivo compulsivo, un hermano que disfruta y se regocija habiendo sido el mejor de la familia, un amigo obsesionado por su pelo, otro amigo que se encierra a solas en el garaje poniendo música de Mettallica para dar golpes que alivian el agobio de la vida que tiene que mantener en su casa “perfecta” con su esposa “perfecta” y su niña recién nacida “perfecta”,...
Es una comedia, bueno mejor dicho trajicomedia romántica, no se los voy a ocultar, pero de las películas del género, digamos que es la mejor que he visto en mucho tiempo. Intenta ser original y lo consigue. Se me puso una sonrisa desde el principio que no desapareció hasta el final, y eso en los tiempos que corren es de mucho agradecer. Siempre tuve la sensación de conocer lo que iba a pasar al final, y de hecho empiezan a colarse lentamente, a cuentagotas, los tópicos necesarios de toda comedia romántica, pero no me molestaron, a mi modo de ver el director los añadió, casi al final, en su dosis justa y necesaria (poco empalagosos, vamos). Me quedó el recorrido. Una reconstrucción de vidas deshauciadas, desde cero, desde la locura, hasta reinventarse. Mucho tenemos que aprender los cuerdos de estos dos locos. No busquen muchas pretensiones de peliculón a pesar de las nominaciones. Pero vale la pena verla.
Ficha técnica:
Título original: Silver Linings Playbook.
Año: 2012
Duración: 120 minutos.
País: USA
Director: David Russell.
Guión: David O. Russell (Libro “Un final feliz” de Mattew Quick)
Música Danny Elfman
Reparto: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert de Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, Julia Stiles, Anupam Kher, John Ortiz, Shea Whigham, Dash Milhok, Paul Herman, Brea Bee.
Comentarios
Gracias por la reseña, Miguel.