Branford Marsalis
(Imagen extraída de google images)
Ya sabía que era bueno, pero no podía imaginar que lo fuera tanto, que su directo fuera tan sobradamente lleno de calidad. Elegante, enérgico, empastado,... Sin protagonismos, él era la estrella, pero brilló más por su generosidad con el grupo que por su virtuosismo que también lo tiene. Branford Marsalis salía a escena, se ponía al frente del grupo para deleitarnos con su saxo tenor o la melodía de su soprano, un sonido potente, único, ejecutado con aparente facilidad. Luego daba dos pasos hacia atrás y se sentaba a escuchar en penumbras cómo se vaciaba Joey Calderazzo arpegiando al piano (qué magistral improvisación sobre el clásico "cheek to cheek" aguantando un último compás sin dejarlo acabar: de genio). Tampoco me puedo olvidar de ese batería, Justin Faulkner: de lo mejor que he visto en un escenario, espectacular, y por supuesto el bajista, Eric Revis, elegante, sobrio, solvente, buen improvisador: un corazón latiendo para dar vida a la banda. Y Marsalis salía y se retiraba, aparecía y luego se daba un paseo por el fondo del escenario. Con las manos en los bolsillos, en meditación, asintiendo, hablando con la banda, mirando al cielo, disfrutando, para luego decirnos "cómo les iba diciendo..." y cogía el saxofón y vaya si "nos seguía diciendo": nos dijo muchas cosas, todavía guardo el eco de sus notas.
Otro año, gracias a la voluntad de los patrocinadores, salió una edición más del festival de Jazz&Más Heineken que este año cumplía su XXI edición y que esperamos poder seguir disfrutando en próximas ediciones, con esta calidad, con este lujo de artistas.
Les dejo con uno de los temas que interpretó el pasado martes día 23 en el Auditorio de Tenerife, llamado Teo. Vean qué manera de improvisar, qué diálogo con el batería hacia el final,... Muy parecido a lo que pudimos ver el martes pasado los que tuvimos la suerte de estar allí.
Les invito a escuchar el último trabajo "Four MFs Playin' Tunes" en la sección "te sugiero que escuches..." de este blog: Soberbio.
Tuve el placer doble de disfrutarlo contigo, Miguel, y estoy completamente de acuerdo en tus comentarios: magistral, solvente, elaborado hasta la improvisación, generoso con sus salidas de escena para que brillaran sus no menos magistrales músicos. Una delicia.
Libro: La tía Tula Autor: Miguel de Unamuno Edit: Espasa Calpa ISBN: 9788467034011 176 páginas PVP: 6,60 € en Agapea C ada cierto tiempo echo una mirada atrás, a los clásicos de la literatura. Sobre todo me centro en esas asignaturas pendientes, los que no he leído y tengo que leer, porque los que escribimos tenemos deudas de lector. Miguel de Unamuno era uno de esos de la lista de pendientes. Me sentía atraído más que por su literatura, por su vida, por cómo su pensamiento vivió siempre en el conflicto, consigo mismo sobre todo. Unamuno era de los que se cuestionaron todo, hasta el punto de apoyar el levantamiento militar y arrepentirse dos meses después y desdecirse sobre lo dicho con aquel célebre "para vencer hay que convencer" con el que se enfrentó publicamente al fundador de la legión José Millán-Astray, hecho que le llevó a estar recluido en arresto domiciliario los últimos días de su vida hasta que se dejó vencer súbitamente un 31 de diciembre del 36, r...
Nombre: Cara de pan Autora: Sara Mesa Editorial: ANAGRAMA Colección: Narrativas hispánicas ISBN: 978-84-339-9861-3 Páginas: 137 S ara Mesa (Madrid, 1976) es una escritora tardía. Según cuenta fue descubriendo su faceta de escritora de a poco y empezó a publicar ya con 30 años, y no lo hizo nada mal esa primera vez: ganó en 2007 el Premio Nacional de Poesía «Fundación Cultural Miguel Hernández» con su poemario “Este jilguero agenda”, su primera y única incursión en la poesía. A partir de ahí se pasó a la narrativa sintiéndose muy cómoda en la novela corta, como se le escucha decir en sus entrevistas. Cara de Pan es su última obra, publicada con Anagrama a finales del pasado año, y que en pocos meses ya va por la cuarta edición. Se trata de una novela de apenas 136 páginas, que casi se asemeja más a un cuento largo que a una novela corta. Está estructurada en dos partes —El parque y La cafetería—, que a su vez se subdividen en pequeñas partes de no más de una página y c...
Imagen extraída de google images Cuanto más camino, más ligeras siento las piernas, menos cargado siento los hombros, menos me sangran las llagas. Cuanto más enriquecedor es el paisaje, cuanto más cuestiono mis premisas y doy sentido a mis pasos, menos pesado es el petate de mis dudas. Mis piernas pisan con firmeza y mis pulmones se ensanchan, ya puedo respirar aire nuevo. El camino es cuesta arriba y el viento da de cara, pero mi voluntad de andar hace mella en la calzada que ya luce orgulloso la marca de las huellas de mis botas. No soy peregrino de vías trazadas. Soy ingeniero de mi propia existencia.
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