Al norte de abril - Claudio Colina
Acabo de terminar de leer la última obra de Claudio Colina,
Al norte de abril. Se trata de un libro de relatos de viaje algo atípico a lo que estamos acostumbrados a leer. A veces los relatos de viaje (tanto por la vía
escrita como por la oral) inevitablemente derivan en crónicas descriptivas y
largas, porque es muy difícil para el viajero comprimir en unas pocas líneas un
instante, y sobre todo elegir, de entre las múltiples situaciones que se nos
presentan, aquella que merece el honor de ser la inmortal, la que nunca debe desaparecer de la memoria.
Al norte de abril se trata de una crónica de viajes, el
físico y el metafísico que siempre van de la mano, porque cada imagen o situación se convierte en
vivencia. Él nos decía en su presentación que había algo o mucho de realidad en
cada relato, quizás por eso suene tan poco a ficción cuando se lee, quizás por eso nos tocan
y señalan sus líneas a modo de cartografía existencial.
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| Claudio Colina, autor de Al norte de abril |
Ángeles Jiménez fue la encargada de presentar la obra (aquí pueden leer su presentación), y de
ella dijo que se trataba de un libro de relatos que definió como “afilados”.
También en la contraportada del libro, se define el estilo de Claudio como un
estilo “afilado y brillante”. Afilado es una palabra que define muy bien la
obra. Afilado por su estilo de escritura, donde con frecuencia recurre a la
ironía y a los dobles sentidos para arrancar una sonrisa en el lector. Afilado
también por la estructura de los relatos: Son relatos de no más de tres páginas
que siempre comienzan con una frase que introduce rápidamente al lector, sin
preámbulos, y con finales cerrados, nada de dejar espacios abiertos para la
prolongación de la estancia del viajero ni para la reflexión póstuma sobre el relato: Es como si se cerraran y abrieran puertas cada tres páginas, con sensaciones
distintas, llenas de contrastes entre sí, como esos cruceros donde te acuestas
en Nápoles y te despiertas en Túnez. Por eso se pueden leer secuencial o desordenadamente, el efecto será el mismo.
Yo recomiendo su lectura a pequeñas dosis, dedicando a cada
relato el tiempo necesario para saborear el contenido, y sobre todo no bajarse
del avión, del coche o del tren en marcha porque las consecuencias pueden ser
irreparables.
| Ángeles Jiménez y Claudio Colina durante un momento de la presentación |

Comentarios
Totalmente de acuerdo.
Al norte de abril es un libro de relatos diferente, a veces inquietante. Secos y por momentos desconcertantes, son unos relatos que te atrapan.