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Mostrando entradas de 2011

La Esfera Cultural. Número 4.

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E ste año 2011 no podía dejarnos sin la aparición del número 4 de la revista La Esfera Cultural  que contiene los mejores textos del primer semestre de 2011 publicados en el blog La Esfera Cultural . Desde la aparición del primer número, allá por el mes de mayo de 2010, este proyecto ha ganado en consistencia, y visto con perspectiva, sin duda se nota un salto en la calidad tanto en los textos como en las ilustraciones que los acompañan, lo que la convierten en una pieza de calidad que merece la pena tener en las manos. En tiempos como los que corren, seguir publicando una revista como La Esfera Cultural, sin patrocinios, solo es posible a cambio de una buena dosis de ilusión, pasión y trabajo. Por este motivo es de aplaudir esta iniciativa, que permite a un buen puñado de escritores e ilustradores noveles, exponer al público su obra, que es el mejor de los alicientes y la única razón de existir de su arte. Yo he tenido el privilegio, en esta ocasión, de ver publicados tres de mis text

Una vida

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U na sola copa. Una sola copa de más. Quizás fuera un chupito, el último. Me lo imagino de vodka-pomelo. No se porqué. Es el regusto que se me ha quedado. ¡Cuántas cenas de navidad truncadas por el mismo chupito! Esa última copa retrasó lo justo el tiempo de frenada. Lo he leído. Cada grado de más, un segundo de menos, y ¡chás! No lo cuentas. Me imagino a sus padres esperándolo para la cena de navidad. Sus abuelos también. Su hermana desolada cuando escuchó por teléfono la noticia. Ella fue la única que me vino a visitar unos días después para conocerme. No me dijo nada. Solo acarició mi mano y derramó una lágrima. Una más.    ¡Cuántas cenas de sillas vacías aquella noche solo por un chupito de más! Los Atestados, que llegarían a casa y encontrarían el guiso frío y el cava caliente. Y el cirujano... Por la hora en que lo llamaron, seguro que lo cogerían entre el consomé y el cordero, justo ahí. Me imagino el pitido del busca al ritmo de las luces del árbol del salón. Un pit y un  deste

Vivir la noche.

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Texto ganador de la 3ª convocatoria de la Noche en Blanco 2012 - San Cristóbal de La Laguna. Me sentí especialmente bien cuando escribí y presenté este texto a la 3ª convocatoria de la Noche en Blanco 2012. Verlo ganador, me ha llenado de alegría. Es la primera vez que me siento así por escribir y espero que no sea la última. Gracias a todos vosotros, los que me leéis y que hacéis que cada día me exija un poco más. Para todos vosotros mi dedicatoria. Vivir la noche. La noche se colaba en él casi sin darse cuenta. Le gustaba esperarla en la costa, al lado de su fiel amigo, justo donde sentía el batir de las olas contra las afiladas rocas del acantilado, al tiempo que el ensalitrado rocío se acomodaba en los pliegues de su cara y las pardelas acudían a picotear sus pensamientos. Así era hasta el alba, cuando su compañero, lamiendo su mano, le avisaba que era la hora de volver. Prefería vivir la noche y dormir el día, total, la luz hacía ya mucho tiempo que no gobernaba sus c

Culpables

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Ay Mundo, querido Mundo. Muchos te quisimos y entre todos te matamos. Q.E.P.D.                El Mundo murió. Ocurrió hace una semana. Los jueces de los cinco continentes y los reyes de los siete mares, buscaron y buscaron entre las víctimas los culpables. Los juicios se sucedieron. No habría piedad para el condenado. Los bancos culparon a los irresponsables cretinos que acudían a sus puertas a pedir dinero aún a sabiendas, que pedían más de lo que merecían tener, porque no podrían nunca vivir las vidas de los ricos, aunque la televisión y la prensa rosa y amarilla y carmín les enseñara que bastaba con ser un necio para merecer más elogios que quien arriesgó su vida en una carpa de cruces rojas en el cuerno de África para salvar las de muchos otros, o la de uno solo. Los clientes se defendían con fiereza, argumentando que se habían visto envueltos en una vil trampa de prestamos ilimitados a cambio de nada, bueno, casi nada, sólo la vida del incauto prestatario que asimiló pr

Mil quinientas veces... Dos mil veces.

Aquí os traigo un relato que fue publicado hace algunos meses en el blog La Esfera Cultural y que ha sido leído por José Francisco "La Voz Silenciosa". Una verdadera delicia escucharlo y un enorme placer que lo haya escogido. Muchas gracias, amigo. Espero que os guste y no dejéis de visitar a La Voz Silenciosa en:  http://www.facebook.com/vozsilenciosa

Un Dios salvaje.

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Me gusta encontrar la belleza en la sencillez, y ayer pude encontrarla en la última película del controvertido director Roman Polansky. La película se llama Un Dios salvaje y está basada en la obra teatral del mismo nombre de Yasmina Reza. Polansky ha sido capaz de meterme en un piso burgués, el hogar de los Longstreet, y tenerme allí durante los ochenta minutos que dura la película sin que apareciera el más mínimo deseo de salir de allí antes de tiempo. La película se desarrolla a ritmo de puro diálogo y en tiempo real, lo que termina por sacar todo lo mejor de sus cuatro excelentes y únicos actores. La historia es muy sencilla: Dos chicos se pelean en un parque y uno de ellos, el hijo de los Cowan, rompe dos dientes al otro, el hijo de los Longstreet. Los padres del primero, los Cowan, acuden a casa de los Longstreet, invitados por éstos, para mantener una reunión de "adultos" con la finalidad de cerrar el asunto.

Marcial carcajada

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Aquella tarde reí. ¡Vaya si reí! La culpa fue de Manso, ese gordo de pelo lacio, ese criador de malvas casi dos horas diarias en el pasillo, justo entre la puerta de Dirección y la del Gimnasio. Manso, el Rey de las gracias. Tenía el don del influjo y nos hacía bailar a su antojo. No en vano nos llevaba ventaja ya que repetir tres cursos le había dado la experiencia necesaria. Su último reto fue hacerme reír justo en el momento en el que estaba prohibido: a la hora en que salíamos del colegio, cuando nuestro silencio estaba acompañado por el Himno Nacional. Esperó diez minutos antes de terminar la última clase para posar su manaza en mi hombro y susurrarme con voz entrecortada por una risa contenida “a que te ríes antes de acabar el Himno. No lo vas a aguantar”. No pude evitar imaginarme de pie, mirando hacia la pizarra, huyendo de los ojos de los compañeros, esperando ese acorde final, un Sol Mayor, creo, que nos indicaba el camino de casa. Su reto burlón se había metido en mi cabeza

Noche in-tranquila.

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Tac, tic, tic, tic, tac, tic, tic, tic, tac,... Un tac y tres tics. Hasta ahora no me había dado cuenta. Está oscuro aún. Todo casi negro. ¿Qué hora será? Lo peor de cada tic y cada tac es que añaden un fotón más de luz y hoy no quiero que amanezca.  Ese dichoso informe...  ¿Qué le voy a decir mañana a la jefa cuando me lo pida? Nada. Me quedaré ahí alelado, mirándola con expresión de besugo muerto. Quizás vaya siendo hora de que alguien le diga que lo que ella piensa de cómo han de hacerse los despidos es de “crápulainsaseable”. Solo pendiente de salvar de la quema su culo gordo.

Oscurece en Edimburgo.

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Hace una semana que acabé de leer Oscurece en Edimburgo , un libro que se posó en mis manos un día siete de mayo (casualidades, siete de mayo, siete plumas, siete manos,...) en la Plaza de San Telmo, en Las Palmas de Gran Canaria. Ese día tuve la dicha de acudir a su presentación y conocer a algunos de sus escritores. Oscurece en Edimburgo tiene varias cosas que la hacen atípica dentro de las novelas que he leído. No podía ser de otra manera. Siete manos, siete cabezas, siete escritores que no se conocían entre ellos. No había un plan preestablecido, un guión. El resultado, por tanto, es puro proceso creativo de tal forma que las ideas se plasmaban tal cual se iban hilvanando en las mentes de sus creadores y se iban volcando en el blog 7 plumas . Eso se nota en los primeros capítulos donde se aprecian pasos algo titubeantes, puertas abiertas, donde la historia podía tomar rumbos diferentes y que poco a poco van convergiendo tomando una dirección que, pensando en perspectiva, era muy d

Generación 21: nuevos novelistas canarios.

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C anarias, tan perdida en el Atlántico, tan olvidada de otras tierras en su historia. Lugar, solo conocida durante años, por el olor a aceite de coco en sus playas o por ser el destierro de  los contrarios (si no que se lo pregunten al bueno de Unamuno). Poetas, escritores, pintores o músicos viéndose obligados a viajar a ultramar para hacerse oir, porque aquí no había quien viniera a escucharlos como ellos se merecían. Todo esto cambia como tiene que cambiarse: construyendo desde dentro, con la firme convicción de que en Canarias hay artistas lo suficientemente buenos como para que los vengan a buscar, los vengan a oír, los vengan a leer, y librándonos de esta manera de ese isloteñismo atenazante. Generación 21: nuevos novelistas canarios , es solo un aperitivo. Un exquisito repaso por la calidad literaria emergente en Canarias a través de doce relatos cortos. Leyendo a estos autores, siento que este siglo XXI estará lleno de muy buena narrativa hecha en Canarias. Víctor Álamo (esti

La serena espera.

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El paisaje de las tardes en mi calle nunca será el mismo en tu ausencia. Tu arrastrar de pies a pasos cortos, acompasados al ritmo de un corazón cansado de latir, y el jadeo por el esfuerzo quedan para siempre en mi recuerdo. Me contabas, asomando sonrisas breves tras las tristezas, de lo que te gustaban los bailes, las guitarras, las bandurrias, las romerías, antes, mucho antes de tus abandonos, cuando enviudaste siendo demasiado joven y hermosa como para merecerlo, quedándote con dos niños tan pequeños a los que criar. El grande y el chico, el casi marido, y el solo hijo. La vida te dio, algunos años después, el zarpazo de enviudar por segunda vez, esta vez de tu hijo mayor, el casi padre, el casi esposo, y el tiempo hizo el resto arrugando tus manos, enturbiando tu mirada tras lágrimas sedantes y volviendo más cansino tu andar, más improrrogable tu vivir. Mi calle está vacía. Ya no veo abrir por las mañanas y cerrar por las noches tus ventanas desde detrás de las mías. Ya no

La cara oculta.

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Quería agradecer la colaboración de Inma Vinuesa, que nos trae esta crítica sobre una película que está gustando mucho dentro de una temporada donde no alcanzamos a ver películas que merezcan mucho la pena. Muchas gracias, Inma.  Crítica de cine: La cara oculta ( por Inma Vinuesa) Coproducción hispano-colombiana, dirigida por: Andrés Baiz, e interpretada por: Quim Gutierrez en el papel de Adrian, Clara Lago en el papel de Belén y Martina García en el papel de Fabiana. Catalogada como thriller psicológico que indaga en los límites de los sentimientos humanos: amor, celos, infidelidad y traición. No soy crítica de cine, ni pretendo convertirme en ello, pero lejos del mito de que las películas hispanas hay que mirarlas con otro prisma, La cara oculta me ha sorprendido gratamente, no por el tema que está muy trillado en el mundo del séptimo arte, ni por las interpretaciones, que no destacan por ser especialmente sobresalientes, lo que realmente me ha llamado la atención es la

Rumiando.

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R aúl quería ser poeta. Con esa vocación había alimentado de goces su cuerpo. Placeres contables e incontables. Viajó por el mundo con actitud camaleónica, mezclado entre sus gentes sin ser visto. Leyó clásicos, los más, y entró en el alma de los poetas hasta alcanzar a ver sus vísceras abiertas. Vio, tocó, olió, bebió fascinado en la fuente de la vida antes de tomar la decisión de escribir y contárselo a todo el mundo. Se sentó a escribir una tarde de mayo. Lo primero que dibujó fueron trazos breves y frases inconexas. Poco fluidas. Nada reveladoras de sus sentimientos. Rompió una y otra vez papeles garabateados de absurdos. Observaba con impotencia cómo sus pensamientos se desvanecían al asomar por la punta de los dedos. Raúl dejó entonces de escribir y se sentó en el sofá del salón para revolcarse en él con sus sentimientos. Amor y odio. Desprecio y fascinación. Deseos incontenibles y ascos infectos. Mezclando palabras y sentimientos elaboró platos a veces placenteros y a veces difí

Hambre

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Escasean las sobras. Languidece El Pueblo.

Un paseo sin pretensiones

Me encontraba solo en casa. El día estaba más bueno fuera que dentro; ideal para un paseo. Un paseo sin más. Ocurrió que cogí mi cámara, y este hecho me invitó a reparar en lo ínfimo de las cosas que encontré en mi camino para elevarlo al altar de lo importante. Así fue como un pequeño paseo sin pretensiones se convirtió en un viaje. No había ido nunca por aquel camino de poco más de un kilómetro alrededor de donde vivo, pero después de mi experiencia, he jurado volver.

In memoriam

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E l inclemente calor del verano hace estragos en mi fina piel de tamizada esencia, que nació para llenar de un sabor dulce tu boca salada.  Por favor, ¡date prisa en besarme! Porque el deseo de fundirme en tus labios me urge. Porque llenar tu boca de besos que despierten tus deseos por mi, es la razón de mi efímera existencia. ¡Lámeme con la sed de tu lengua! ¡Date prisa en comerme, dulce boca salada! Que el regusto de nuestros besos no te abandonen más allá de lo que el latido de mi frío corazón me tenga otorgado vivir. Y a pesar de que yo ya no exista, ¡se infiel! ¡Hazme inmortal! ¡Expande mi esencia! ¡Derrámala en otras bocas deseosas de la tuya!, y así extiende mi dulce sabor más allá de aquellos, nuestros besos. Así el deseo de volver a besarme, de volver a lamernos, hará que de nuevo nazca para ti.                                                                                     Al helado de nata y fresa, in memoriam.

La Esfera n.3

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La Esfera Cultural número 3 Una de las mejores noticias que he tenido en este año 2011 ha sido la salida de un nuevo número de la revista La Esfera Cultural . Lo digo porque en un entorno donde nada parece poder seguir adelante si no es por colaboraciones externas en forma de publicidad, ve la luz una revista cultural, sin apoyo publicitario alguno, que nace por pura voluntad de querer vivir. Sus editores la describen como la Revista literaria y de cultura de cualquier manifestación , y es cierto, porque en sus páginas hay mucha cultura. Textos de todo tipo de estilos, poesía, crítica literaria, crítica de cine, fotografía,... 32 páginas, 25 ilustraciones, ¡qué más se puede pedir! Yo he tenido la gran suerte de ver publicados dos relatos míos en este número. Ha sido para mi todo un honor y una gran satisfacción. Quería felicitar a los que lo han hecho posible y animarles a continuar. Yo aportaré en lo que pueda mi granito de arena para que así sea. Les invito a que os deis una vu

Historias de sujetadores de Anabel Consejo.

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H ace unos cuantos días decidí dormir cada noche con una mujer distinta. Mujeres maduras o jóvenes, recatadas o sensuales, ganadoras o vencidas. Hace unas cuantas noches que Historias de sujetadores , de la escritora Anabel Consejo , me acompaña antes de dormir y soñar. El nombre del libro lo explica por si solo: historias frescas, donde el sexo femenino es el protagonista. Mujeres que se nos muestran con una cara en la que no todo es lo que parece. Sentimientos ocultos que se desnudan ante nuestros ojos. Anabel nos invita a sumergirnos en los sentimientos de las protagonistas de cada uno de los catorce relatos que nos propone, descubriéndonos facetas distintas y creíbles, que dotan a cada personaje de vida propia.  Me resulta especialmente llamativo como, en relatos tan cortos que en algunos casos no superan las tres páginas, Anabel nos dibuja tan claramente los personajes: marcados y sin fisuras. A través de sus relatos, nos lleva de la mano para hacernos sentir lo que ellas sie

Instante

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E l corazón calé martilla su pecho de amante mancillado tras acabar en un instante, de dos zarpazos ciegos, con la amistad traicionada y el amor sentido. Ahora en su cabeza solo queda un grito sordo y el vacío eterno teñido de carmín.

Contando contigo.

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C uento cada día 19, 12 veces al año durante 24, y cada vez me he preguntado si es un sueño del que no quiero despertar o es el día en que no quiero morir. Cuento, cuento y quiero seguir contando y que cuentes conmigo. Contando hacia atrás recuerdo que hace 288 veces nací, ¿te acuerdas?, y siendo niño subí contigo en una atracción pensando que de un juego se trataba. Las primeras curvas me asustaron y las enormes pendientes tomadas a gran velocidad hacían que se me pusiera un nudo justo aquí, en la boca del estómago, de puro vértigo. Conforme crecía, volvía cada vez a subirme en la misma atracción, queriendo conocer a tu lado todos sus secretos, y con el ansia de encontrar emociones que hicieran de mi vida una aventura excitante. Y así fue como en cada una de las 287 veces que repetí, me fui enredando en una trama caprichosa de seda, tejida de risas y caricias, de fortaleza y comprensión, de amistad, de amor y de sosiego. Me enredó el veneno de un cuerpo eternamente joven, el tuyo, que

La Tejedora de palabras

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E lla, la Tejedora de palabras, desenreda madejas de pensamientos. Sus pensamientos son de colores. Colores desconocidos, inventados. Colores que se mezclan y superponen con transiciones y sin brusquedades, llenos de matices claros y oscuros que enriquecen las tramas, y regala a nuestros ojos bellas prendas que nos cobijan en invierno y refrescan en verano. Muchas veces, al ver sus trazos, me pregunto de dónde saca sus patrones de confección. Cómo acierta con esos trajes de palabras hechos a medida. Cómo sabe siempre escuchar la voz de los silencios y fijarse, a un tiempo, en el matiz esencial de los ruidos del hombre. Aún sigo sin saberlo... A buen seguro, sus virtudes provengan de la divinidad de sus pensamientos que ella maneja a su antojo, acercándolos para ser tocados por unos pocos elegidos para luego volverlos al refugio donde crecen y engordan de las vivencias que los alimentan. Me siento afortunado de haber podido tocar sus pensamientos y de conocerla. De conocer a la Tejedora

Música al viento.

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Derramamos en una noche las ganas guardadas, que fueron añejándose durante meses en los nocturnos ensayos. Se desparramó el sonido que bajó del escenario y se mezcló con los aplausos y las miradas de los seres queridos y los que no nos conocían y nos encontraron. Ahora solo queda el vacío en las ganas y el anhelo de volver a hacerlo. Otra vez.

Moño Triste

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La expresión de Moño Triste es la de un higo secado al sol de agosto. Nos quiere echar de la calle con su mirada. Aquella calle que un día fue suya y en la que ahora campamos a nuestras anchas a pie o en ruedas de a dos o de a cuatro. Pisoteando pasados sin pedir permiso. Miro hacia su ventana en el segundo piso, y parece, en el retablo de la fachada, la imagen de la Virgen de los Santos Ascos. Más allá del cristal y su torneado moño cenizo, no alcanzo a ver más que sombras, y la envidio por no poder saber más de ella que lo que ella sabe de mi. Conoce mi gusto por el café de las diez en la Cafetería de la Petra, que me gusta leer El Ideal, y que me meto los dedos en la nariz cuando nadie me ve. Nadie salvo ella, Moño Triste. Hoy veo su altar vacío. Solo quedan las sombras. Petra me dijo que anoche salió, con los pies por delante, para dar un último paseo por la calle que un día fue suya.

Instrucciones para subir una escalera

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Ya en alguna ocasión he comentado que Cortázar es para mi uno de los mejores exponentes de la palabra, y sus juegos lingüísticos están llenos de originalidad; de genialidad. ¿Pueden encontrar una manera más precisa de describir algo tan cotidiano y desapercibido como subir una escalera?

El Club27 (y 3)

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Ir a descargar Janis buscó y nunca encontró cobijo. No lo encontró porque decidió ser distinta hace mucho tiempo; desde el día en que sus anhelos empezaron a escurrirse a través de las grietas de su cabeza de niña loca, y vio cardos donde antes había flores. Flores de juventud. Desde ese instante Janis fue un lirio blanco en un campo de rosas rojas. Distinta. Sola. Janis no encontró el cobijo del calor humano más allá de algunas noches de desahogo carnal.

Sueños y ensueños.

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El Club27 (2)

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J im Morrison fue otro de los grandes del verano del 67: el famoso  "verano del amor" , que impulsó el movimiento hippie. Ese verano The Doors, el grupo del que fue vocalista, hizo su puesta de largo con el tema  Light my Fire . Era un vocalista diferente. Provocador y transgresor en sus conciertos.  Lo curioso de la historia es que no siempre fue así. De hecho, en sus inicios, cantaba la mayor parte del tiempo de espaldas al público. Sufría miedo escénico, el cual logró vencer gracias a ingerir dosis de peyote antes de los conciertos. Esta droga provocaba en él un estado de éxtasis cercano a la divinidad que encandilaba a sus fans.

El Club27 (1)

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¿ Q ué es una vida larga? ¿Qué es una vida corta? A veces hay vidas de 80 años que las resumes en nació, se casó, tuvo tres hijos y murió. ¡Ah!, y era una persona muy honrada. A veces, sin embargo, nos encontramos con personas que viven 27 años y su sombra se extiende flotando sobre los ríos de tinta que se escriben acerca de ellos. ¿Casualidad o destino? A veces es difícil de explicarlo. Durante los años que transcurrieron entre el 27 de noviembre de 1942 y el 3 de julio de 1971, se dio una extraña circunstancia. La primera fecha corresponde al nacimiento de Jimi Hendrix. La segunda es la fecha en que murió Jim Morrison. Entre ambas fechas, nació y murió una chica de voz desgarradora y envolvente personalidad. Su nombre también empezaba por Jota. Jota de Janis. Janis Joplin.

Sangre y Fuego

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Cuando asistí a la presentación del libro Sangre y fuego de la escritora Ana Joyanes, quienes lo presentaron, entre quienes estaba por supuesto la propia autora, insistieron en que no se trataba de una historia de vampiros. Después de su lectura he podido entender el porqué de tal afirmación. En efecto, no es una historia de vampiros. Hay mucha acción,  mucho dolor y sobre todo mucho amor. Lo de la existencia de vampiros entre los personajes, no deja de ser un vehículo en el cual dejarnos llevar para bucear hasta lo más profundo de los sentimientos. Destaco de manera muy especial la construcción de los personajes. Personajes redondos. Personajes a los que se llega a entender y que casi se pueden llegar a tocar y sentir. A pesar de que hace ya unos días que terminé la lectura de Sangre y fuego, les aseguro que aún puedo llegar a sentirlos cerca.

Sueños y ensueños.

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M e fijé en él, sentado en la mesa de al lado. Daba pequeños sorbos a una copa de tinto aromático que acompañaba con media ración de buen jamón. Un perfume pasó a nuestro lado taconeando elegante y altivo sin reparar en nosotros. Él siguió su olor, olfateando hasta extraer la última gota de esencia deseando atraparla entre sus manos y sentir su tacto. Cuando se alejó del lugar, él arqueó las cejas y suspiró mientras sonreía. Bebió otro sorbo de la copa, que paladeó con deleite. El sabor del vino y el aroma recién atrapado, seguro que formaban una excitante mezcla en la que recrearse. Incluso, quién sabe si la ensoñación de una experiencia en la que seguir jugando en la noche. Pidió la cuenta. Dejó una buena propina y se levantó. Tomó su bastón y se dirigió golpeteando los adoquines en dirección al paso de peatones a esperar que el piar del semáforo le indicara que podía cruzar. Yo me quedé sentado en la mesa un instante más recordando la espectacular   mujer que había pasado a nuest

El sexto dedo.

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E ntré en el último instante, justo en el momento en que el director hizo su aparición. Tras él, un espigado violinista de melena desordenada. Aplausos para recibirlos. Me senté en mi butaca y saludé con una sonrisa a la chica que se sentaba a mi derecha. Eché una rápido vistazo al programa que llevaba en mis manos sudadas: Nemanja Radulovic, se llamaba el solista y el Concierto para violín y orquesta en Re menor de Beethoven, lo que iba a interpretar.  Oí los primeros acordes de la obra de manera desinteresada intentando recuperar el aliento perdido por las prisas en llegar. Más pendiente estaba de acomodarme en la incómoda butaca y de secar mi sudor que de lo que estaba escuchando. Pero algo hizo que el guión

Oscurece en Edimburgo

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L a experiencia del grupo 7 plumas ha visto por fin la luz en versión papel. Amando, Ana, Francisco, Dácil, Anabel, Inma y Marcos, 7 escritores que no se conocían y que han unido sus siete manos para formar solo una en torno a una idea: Escribir un libro. Así nace Oscurece en Edimburgo. El camino ha sido largo, pero la visión de sus creadores superó las adversidades de la dispersión geográfica de sus manos y las diferencias de estilos. Al final, como en una obra musical, las notas se han colocado en el pentagrama para generar un sonido de acorde perfectamente afinado, como si se tratara de una sola voz; como si se tratara de un solo autor. Enhorabuena a los 7. Todo un ejemplo de tesón y entusiasmo. Tengo el privilegio de conocer a algunos personalmente y a otros en la distancia y tengo que decir que son artistas auténticos. De los que suspiran por lo que hacen. De los que viven en lo que crean. ¡Muchos éxitos!.

El Mago de Las Palabras

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Hay una norma lógica según tengo entendido que dice que para entender lo que se lee, es necesario saber el significado de las palabras. Es lógico, ¿no?. Esto creía hasta hace muy poco, que leí un capítulo de un libro de Luis Cortázar. Era su novela Rayuela. Les recomiendo cualquier texto de Cortázar. Cada texto suyo es una obra de arte. Para mi, es el mago de las palabras. Yo me pregunto: ¿Cómo puede describir una escena empleando palabras carentes de significado?. Prueben a buscar una sola en el diccionario. En cualquier diccionario. Probad a leer este texto y decidme si sois capaces de no saber de lo que está hablando:

Nonino

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         Sentado en su cama de hotel de mala muerte no apartaba la vista de aquel trozo de papel. El telegrama le estaba abrasando por dentro:  “Querido. Nonno murió anoche” -¿Pero qué estoy haciendo con mi vida?. ¿Qué hago yo aquí tocando esta mierda que a nadie le gusta?-.  En el camino de vuelta a su apartamento en Nueva York, donde sus dos hijos y su esposa le esperaban, no paraba de darle vueltas a todo. Su cabeza parecía un enjambre. Vinieron los sentimientos de culpa, desasosiego, frustración,... Se arrepentía de su empecinamiento en hacer ver a todos que su invento funcionaba, del abandono de sus raíces, de la quimera en la que había embarcado a su familia y que los estaba llevando a la ruina,... Se acordó de su padre. Del viejo Nonno. Llevaba tanto tiempo sin verlo. Sin abrazarlo.   - ¡Sos un engrupido!. ¡El tango no se puede fusionar con nada!. ¿Qué pretendés? ¿cambiar el mundo?-  Al día siguiente pidió a su familia que lo dejaran solo y se encerró en su habitación con su

Carmela

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  L a penumbra. Luces de colores. Amarillos, rojos, verdes, azules... Intermitentes. Centelleantes. Cuerpos bamboleantes, pivotantes. Golpes de bajos. Altos. Estridentes. El alcohol ya es anestesiante y los sentidos conscientes de Carmela no son ni sentidos ni conscientes. Carmela ya es puro instinto.             Carmela presiente que ahora si es Él lo que busca. Lo que lleva buscando desde que perdió lo que nunca ha tenido. Un sábado más apura sorbos negros al tubo de cristal. Bailes cada vez más insinuantes, rozantes, casi turbantes. Bailes y monosílabos ininteligibles por debajo del nivel de la música tronante. Cuando los sentidos inconscientes están a flor de piel, las palabras ya no son necesarias para decir lo que se quiere.             Vuelan los dos de la mano a posarse en el nido de Carmela. Un pico aquí. Otro allí. Besos y caricias iniciales, tentantes, dan paso a los abrazos.  Abrazos atenazantes. Lametones húmedos. Vuelve Carmela a buscar, por

Impulso Inevitable.

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          A quel día era igual a muchos otros: terraza, sol de tarde, café, la mesa más íntima del lugar... Su cantarina voz, alegre,  rebosante de melodía. Me encantaba su conversación. Llenaba un gran espacio vacío en mí. No recuerdo lo que dije aquella tarde que la hizo sonreir y por primera vez me fijé en sus labios que se abrieron para dejar escapar detrás de su hermosa sonrisa unos dientes blancos como las teclas de un piano. Siguió hablando después pero ya sólo escuchaba de fondo su música como formando parte de una película muda, de las de antes, donde importaba más el movimiento de su boca que el sonido de su voz. Sus dientes blancos se dejaban entrever curiosos apareciendo y desapareciendo rítmicamente tras sus labios. No pude evitarlo y acallé su voz con los míos, traspasando el límite en un breve instante entre la amistad pasada y un futuro incierto consecuencia de mi impulso. De aquel momento queda el sabor, el tacto, el silencio breve pero intenso, el arrebato correspondi

Dedos de cristal

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M ichel se frotaba las manos para mantenerlas calientes, a salvo del frío invierno del pueblo de Cliousclat, a las faldas de los Alpes Franceses.  Sus dedos eran los únicos que podían hablar de sus sentimientos encerrados en su frágil, enfermo y pequeño cuerpo deforme y a medio hacer:  13 años y apenas 80 cm de estatura y 18 kg de peso. Desde el camerino del teatro donde se celebraba el festival, escuchaba a los músicos tocar en el escenario.  -Son buenos- salió como un susurro de sus labios. -¿Saldrá bien?- se preguntaba. El piano se había convertido en su vida desde que con cuatro años su padre lo sentó en sus rodillas y puso por primera vez sus dedos sobre el teclado. Nunca lo pudo olvidar. De fondo, en la radio sonaba The Feeling of Jazz de Duke Ellington. Le encantaba. Aporreó el piano y ese día sintió que ese sonido lo acompañaría toda la vida. Se lo propuso hasta que hizo que su padre le comprara uno. Uno de verdad. Un piano que su padre tuvo que adaptar para que sus cortos