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Mostrando entradas de julio, 2011

Historias de sujetadores de Anabel Consejo.

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H ace unos cuantos días decidí dormir cada noche con una mujer distinta. Mujeres maduras o jóvenes, recatadas o sensuales, ganadoras o vencidas. Hace unas cuantas noches que Historias de sujetadores , de la escritora Anabel Consejo , me acompaña antes de dormir y soñar. El nombre del libro lo explica por si solo: historias frescas, donde el sexo femenino es el protagonista. Mujeres que se nos muestran con una cara en la que no todo es lo que parece. Sentimientos ocultos que se desnudan ante nuestros ojos. Anabel nos invita a sumergirnos en los sentimientos de las protagonistas de cada uno de los catorce relatos que nos propone, descubriéndonos facetas distintas y creíbles, que dotan a cada personaje de vida propia.  Me resulta especialmente llamativo como, en relatos tan cortos que en algunos casos no superan las tres páginas, Anabel nos dibuja tan claramente los personajes: marcados y sin fisuras. A través de sus relatos, nos lleva de la mano para hacernos sentir lo que ellas sie

Instante

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E l corazón calé martilla su pecho de amante mancillado tras acabar en un instante, de dos zarpazos ciegos, con la amistad traicionada y el amor sentido. Ahora en su cabeza solo queda un grito sordo y el vacío eterno teñido de carmín.

Contando contigo.

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C uento cada día 19, 12 veces al año durante 24, y cada vez me he preguntado si es un sueño del que no quiero despertar o es el día en que no quiero morir. Cuento, cuento y quiero seguir contando y que cuentes conmigo. Contando hacia atrás recuerdo que hace 288 veces nací, ¿te acuerdas?, y siendo niño subí contigo en una atracción pensando que de un juego se trataba. Las primeras curvas me asustaron y las enormes pendientes tomadas a gran velocidad hacían que se me pusiera un nudo justo aquí, en la boca del estómago, de puro vértigo. Conforme crecía, volvía cada vez a subirme en la misma atracción, queriendo conocer a tu lado todos sus secretos, y con el ansia de encontrar emociones que hicieran de mi vida una aventura excitante. Y así fue como en cada una de las 287 veces que repetí, me fui enredando en una trama caprichosa de seda, tejida de risas y caricias, de fortaleza y comprensión, de amistad, de amor y de sosiego. Me enredó el veneno de un cuerpo eternamente joven, el tuyo, que

La Tejedora de palabras

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E lla, la Tejedora de palabras, desenreda madejas de pensamientos. Sus pensamientos son de colores. Colores desconocidos, inventados. Colores que se mezclan y superponen con transiciones y sin brusquedades, llenos de matices claros y oscuros que enriquecen las tramas, y regala a nuestros ojos bellas prendas que nos cobijan en invierno y refrescan en verano. Muchas veces, al ver sus trazos, me pregunto de dónde saca sus patrones de confección. Cómo acierta con esos trajes de palabras hechos a medida. Cómo sabe siempre escuchar la voz de los silencios y fijarse, a un tiempo, en el matiz esencial de los ruidos del hombre. Aún sigo sin saberlo... A buen seguro, sus virtudes provengan de la divinidad de sus pensamientos que ella maneja a su antojo, acercándolos para ser tocados por unos pocos elegidos para luego volverlos al refugio donde crecen y engordan de las vivencias que los alimentan. Me siento afortunado de haber podido tocar sus pensamientos y de conocerla. De conocer a la Tejedora

Música al viento.

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Derramamos en una noche las ganas guardadas, que fueron añejándose durante meses en los nocturnos ensayos. Se desparramó el sonido que bajó del escenario y se mezcló con los aplausos y las miradas de los seres queridos y los que no nos conocían y nos encontraron. Ahora solo queda el vacío en las ganas y el anhelo de volver a hacerlo. Otra vez.