Un Dios salvaje.

Me gusta encontrar la belleza en la sencillez, y ayer pude encontrarla en la última película del controvertido director Roman Polansky. La película se llama Un Dios salvaje y está basada en la obra teatral del mismo nombre de Yasmina Reza.

Polansky ha sido capaz de meterme en un piso burgués, el hogar de los Longstreet, y tenerme allí durante los ochenta minutos que dura la película sin que apareciera el más mínimo deseo de salir de allí antes de tiempo. La película se desarrolla a ritmo de puro diálogo y en tiempo real, lo que termina por sacar todo lo mejor de sus cuatro excelentes y únicos actores.
La historia es muy sencilla: Dos chicos se pelean en un parque y uno de ellos, el hijo de los Cowan, rompe dos dientes al otro, el hijo de los Longstreet. Los padres del primero, los Cowan, acuden a casa de los Longstreet, invitados por éstos, para mantener una reunión de "adultos" con la finalidad de cerrar el asunto.
A partir de este hecho, el piso de los Longstreet se convierte en escenario de una encarnizada guerra dialéctica en las que sale a relucir el Yo salvaje, el Dios salvaje que todos llevamos dentro, poniendo en evidencia los prejuicios sociales, las fragilidades humanas, la falsa moral,... Los cuatro actores escenifican a una clase media de esas que vive cerca de lo que no quieren ser y desde luego muy alejados de lo que aspiran a ser, terminando por rodear sus vidas, sus trabajos, sus relaciones familiares y matrimoniales de pura hipocresía. Son personajes auténticos de una sociedad que mira más hacia la imagen que proyecta que hacia lo que en realidad son.
Los cuatro actores están sobresalientes, y seguramente gran culpa tiene la excelente dirección de Polansky que ha sabido sacar lo mejor de ellos. Jodie Foster, interpreta a la medio-escritora y medio-experta-en-arte, Penelope Longstreet. Un personaje capaz de pasar de ver a todos por encima del hombro por creerse la más culta del grupo, a revolcarse en una sarta de contradicciones acerca de sus propias convicciones. John C. Relly (en uno de los mejores papeles que le he visto) interpreta a su marido Michael, un simple vendedor de piezas varias para el hogar, que admira a su esposa considerándose menos que ella y ocultando su auténtico yo, el cual deja aparecer a cuentagotas y que considera muy alejado de lo cree que su esposa merecería tener. Kate Winslet es quizás la que menos me ha gustado de los cuatro, pero resuelve con solvencia su papel de la "educada y refinada" Sra. Cowan que sufre una transformación total para acabar pareciendo otro personaje, una caricatura de sí misma, situada en las antípodas de la que entró por el umbral de la puerta de los Longstreet al principio de la película. Y finalmente, Christopher Waltz que interpreta al personaje de Alan Cowan. Para mí el más redondo de los cuatro. Irónico, impertinente, falto de educación,... todo ello contrastando con la imagen que debiera de dar un abogado de grandes empresas. El menos políticamente correcto de todos. Obligado a estar en aquella situación sin importancia de una pelea de críos cuando su enorme mundo está construído alrededor de su trabajo, una vida tan "grande", que cabe toda ella en la sim de su teléfono móvil.
Una muy buena película para profundizar en la sociedad actual y en la salvaje condición humana.

Comentarios

Ana J. ha dicho que…
Esta peli es una de las que quería ver y compruebo que no iba descaminada.
Gracias por la reseña.
Un abrazo fuerte
Rosa ha dicho que…
Tendré que verla...

Besos desde el aire
Isabel Expósito ha dicho que…
¡Qué gran reseña Miguel Angel! Has dibujado de tal manera la atmósfera de la película que me has convencido: iré a verla. Ya te diré algo. Un abrazo.
FranCo ha dicho que…
Miguel, es algo que tengo en la agenda desde el día del estreno. ¡Pero quién maqueta La Esfera4?
Tu sigue dando ideas¡¡¡¡
mabrito67@gmail.com ha dicho que…
Muchas gracias a todos por leer esta reseña. Me gustaría que la vierais y compartierais en este espacio vuestra opinión. Incluso tú, Francisco. La Esfera 4 puede esperar ochenta minutos que es lo que dura la película, y si quieres, a cambio de verla, te echo una mano en la maquetación.

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